En un contexto de demonización del uso de plásticos, desde el mundo de la ciencia hay voces que se atreven a romper una lanza a favor de este material. Daniel López GarcÃa, director del Instituto de Ciencia y TecnologÃa de PolÃmeros, del CSIC ha juntado a un grupo de estos investigadores en un curso de verano que se celebra estos dÃas en el Palacio de la Magdalena, una de las sedes de la UIMP en Santander.
“Trabajamos en reducir el uso de polÃmeros procedentes de fuentes no renovables, como el petróleo, y sustituirlo por aquellos de fuentes que se puedan renovar. Investigamos con varios métodos, con la sÃntesis de deshechos de origen agrÃcola y con procedimientos biotecnológicos, utilizando bacterias y hongos”.
“Los polÃmeros introducen beneficios medioambientales importantes frente a otros materiales”
Con esta afirmación, da la impresión de reconocer que hay plásticos buenos, los que se pueden degradar con rapidez, y malos, los que no, pero López GarcÃa niega la mayor. “No exactamente. Hay plástico que tienen unas caracterÃsticas determinadas y que se están utilizando mal. Por ejemplo, los polÃmeros que se emplean en la construcción de edificios no pueden degradarse con la acción del sol o la lluvia. Sin embargo, los plásticos que se utilizan para el envasado de alimentos son de un solo uso y no necesitan que perduren años tras años. Asà que todo depende del uso“.
El investigador reconoce que “el plástico tiene una mala prensa injustificada, porque todos los inconvenientes que vienen de ese material proceden del consumidor, de nosotros, de los seres humanos, de cómo lo utilizamos. Es un material que tiene caracterÃsticas positivas, pero no podemos liberarlo -desecharlo- en cualquier medio, hay que ser responsable en su uso”.
López GarcÃa defiende su empleo en el envasado de los alimentos, frente a materiales como el vidrio o metales, que son más pesado y se necesita invertir más energÃa en su traslado. “Si no se utilizara polÃmeros para conservar los alimentos el efecto que producirÃamos en emisiones de CO2 o gasto de energÃa serÃa más importante que el efecto perverso que producen los plásticos por no saber tratarlos una vez que termina su vida útil”.
Puedes comer plástico y tu cuerpo no va a metabolizarlo
Asà afirma que desde el instituto de investigación que dirige, “abogamos por hacer un consumo responsable de este material, pero no de eliminarlo, porque, además, es una cosa a dÃa de hoy irrealizable. Está siendo utilizado en todos los ámbitos: No podrÃamos concebir la vida moderna sin el uso del plástico. Pero no solo por eso, además, introduce beneficios incluso medioambientales importantes, frente a otros materiales”.
Sobre las investigaciones cientÃficas que apuntan a la relación entre los ftalatos de algunos plásticos y algunas alteraciones endocrinas, incluso obesidad, López GarcÃa admite que no se experto en el tema y señala: “Es algo que me cuesta creer, porque el plástico es un material, desde el punto de vista biológico, inerte, no interacciona con el organismo.Puedes comer plástico y tu cuerpo no va a metabolizarlo”.
En este sentido, apunta que el problema puede venir de compuestos que se incorporarÃan a este material en su producción o una vez se ha deshechado. “Por ejemplo, los microplásticos del mar, que pueden ser retenedores de determinados tóxicos, que se encuentran en los océanos y terminar en tu organismo, a través del pescado que comas. Pero todo procede de lo mismo, del ser humano que está contaminando los mares“, concluye.
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